Antea

Clima atlántico suave con estaciones marcadas.

Mayormente arcilloso – calcáreo, generalmente con vetas calizas, ya que las cepas blancas se solían plantar en los “cogotes” o zonas altas y pobres de las parcelas. El resto de la parcela se destinaba a variedades tintas.

Pequeñas parcelas de viñedos de altura para conseguir el punto de vivacidad necesario. Vino resultante de la conjunción de dos de las más interesantes variedades blancas riojanas: Viura vieja y Tempranillo Blanco. Por un lado, los racimos de cepas viejas de viura entremezcladas y salteadas en pequeñas viñas de tinto, aportan una gran estructura y elegancia. Por otro lado, un ligero porcentaje de la variedad autóctona Tempranillo Blanco, que confiere acidez, frescura, vivacidad y excelente capacidad de guarda.

100% vendimia manual al detalle, recorriendo todas esas pequeñas zonas de las viñas viejas que tienen “corros” o áreas plantadas de viura, allí donde el suelo es más pobre.

Cada variedad se elabora por separado, con el mismo protocolo esmerado. Enfriado de la uva y maceración en frío durante unas horas. Prensado muy suave en pequeña prensa estática. Limpieza del mosto por decantación para iniciar la fermentación alcohólica sobre sus lías en barricas nuevas de roble francés. Bâtonnage varias veces a la semana durante los siguientes meses, manteniendo así las lías finas en suspensión, ganando complejidad, elegancia y untuosidad. Respetando a su vez la vivacidad de la fruta. El tiempo total de barrica se decide por cata periódica de seguimiento estricto, para que sea envolvente pero no predominante. Así, cada añada tiene diferentes plazos y tiempo de barrica.

Al menos 3 meses antes de su comercialización.