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Fernando Costa un año más en la prestigiosa lista Top 100 Master Winemakers

Fernando Costa top 100 master winemaker 2025

Fernando Costa top 100 master winemaker 2025

Bodegas Marqués de Cáceres

Bodegas Marqués de Cáceres

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Un año más, celebramos con orgullo el reconocimiento a la excelencia. Fernando Costa ha sido incluido nuevamente en la prestigiosa lista Top 100 Master Winemakers, que destaca a los mejores enólogos del mundo.

Un año más, celebramos con orgullo el reconocimiento a la excelencia. Fernando Costa ha sido incluido nuevamente en la prestigiosa lista Top 100 Master Winemakers, que destaca a los mejores enólogos del mundo.

Este reconocimiento es un reflejo del compromiso, la pasión y la dedicación que Fernando pone en cada vino que elaboramos. Su trayectoria, marcada por la innovación y el respeto por la tradición, nos inspira a seguir buscando la excelencia en cada cosecha.

Este año, The Drinks Business ha querido profundizar en la historia y visión de los seleccionados. En su caso, Fernando comparte sus inicios, su filosofía de trabajo y su pasión por los vinos icónicos de nuestra bodega.

Fernando Costa, enólogo de Bodegas Marqués de Cáceres

¿Qué trabajo imaginabas para ti cuando eras niño?
No pensaba más allá de mis juegos y mi día a día en Galicia, donde me crié, cerca del mar. Solo sabía que quería disfrutar y ser feliz también de mayor.

¿Quién te llevó al mundo de la enología y cómo?
Al vivir en las Rías Baixas y llegar a la adolescencia, conocí de primera mano el auge de esa zona vinícola. En casa estábamos inmersos en el mundo del vino y las viñas; nos encantaba participar en todas sus tareas. Nunca nos parecieron duras, sino que disfrutábamos logrando sus mejores resultados. Ahí se activó mi curiosidad por los grandes vinos y mi vocación de enólogo.

¿Qué lección reciente te ha enseñado este trabajo?
Nunca dar nada por supuesto ni ser autocomplaciente. Siempre hay que ir un paso por delante con la humildad de cuestionarse cómo mejorar, investigar, innovar. Es una experiencia fascinante que comparto con mi equipo y un reto que nos marcamos en cada cosecha.

Si fueras un vino, ¿qué diría tu contraetiqueta?
Si fuese un vino, me negaría a llevar contraetiqueta. Defendería mi identidad y mi carácter con la ilusión de que mi sentimiento llegue al consumidor. El vino es quien habla; me parece mágico interpretar su mejor expresión desde la viña. Ahora, además, tengo la felicidad de trabajar en nuestros vinos icónicos en Atelier Gaudium, donde la artesanía es clave. Es fascinante disponer de tales medios, disfruto como un niño.

¿Cuál fue el último libro que leíste?
La Guerra Civil Española, de Anthony Beevor.

¿Y el último concierto al que fuiste?
Tanxugueiras en Cambados.

¿Qué te frustra más del mundo del vino?
Que no siempre se valore por lo que realmente representa. Tenemos que transmitir más el esfuerzo, la ilusión, los sacrificios y el compromiso que se concentran en una botella de vino. Para mí, es un orgullo imaginar que los clientes disfrutan momentos de felicidad con los vinos que elaboro. Eso me da un subidón y es cuando pienso que todo mi trabajo ha valido la pena.

¿De qué iniciativa sostenible estás más orgulloso?
Estamos muy enfocados en reducir el consumo energético y nuestra huella de carbono. También cuidamos nuestros viñedos para preservar el medio ambiente y apoyamos a nuestros cosecheros con incentivos para mantener las cepas viejas, esencia de nuestros vinos más icónicos. Nuestro esfuerzo nos ha valido el sello “Sustainable Wineries for Climate Protection”, que solo ostentan unas 100 bodegas en España.

Si pudieras cambiar algo de tu región vinícola, ¿qué sería?
Involucraría a más operadores e instituciones en la defensa de la cultura del vino. Educar a los jóvenes y consumidores para fomentar un consumo responsable es clave. El vino no es solo una bebida, sino parte de nuestra historia, nuestras raíces y la vida en el medio rural. Sin viñas ni cultura del vino, muchos pueblos desaparecerían.

¿Qué enólogo admiras más y por qué?
Fernando Gómez. Trabajé con él durante 17 años en Bodegas Marqués de Cáceres antes de que me pasara el testigo. Todo lo que sé lo he aprendido de él: su curiosidad, su apego a la viña y a la gente del pueblo. Me enseñó humildad y honestidad en el trabajo. Le estoy muy agradecido.

¿Qué habilidad te gustaría tener?
Aprender a fingir entusiasmo cuando algo no me convence. A veces hay tendencias que parecen obligatorias, y si no me convencen, no sé cómo entusiasmarme. Necesito vivir a fondo lo que hago y apreciar los resultados de mi trabajo. Afortunadamente, en la bodega todos remamos en la misma dirección: la excelencia.

¿Cómo sería tu vacaciones perfectas?
Desconectar del día a día con mi familia en un lugar con buen clima, paisajes preciosos, excelente gastronomía y vinos para disfrutar. Para mí, la clave es compartir momentos con la gente que me divierte y quiero.

¿Cuál es tu ambición profesional o personal pendiente?
Mejorar mi conocimiento de distintos idiomas para comunicarme mejor en más lugares y con más personas.

¿Cuál sería tu última comida y qué beberías con ella?
Espero que ese momento esté lejos, pero elegiría una gran mariscada con ostras y zamburiñas, acompañada de un buen vino blanco y fresco como nuestro Antea o Deusa Nai. Luego, un lechal jugoso con una copa de Gaudium, otra de La Halconera (Maturana tinta) y otra de Finca La Capilla (Ribera del Duero). Seguro que, con pequeños sorbos, alargaría la experiencia y no le pondría punto final.